Un kryptoniano en Storybrooke

 Nota aclaración: 

Ni Seg El ni Krypton u Once Upon a Time me pertenecen son de sus respectivos dueños

Seg El había escapado de la zona fantasma gracias a un disturbio reciente en la dimensión.

Brainiac se había desintegrado cuando entró en la zona. Estaba contento que su nieto había sido salvado.

Ahora estaba un planeta desconocido frente a un camino y un cartel que decía Storybrooke.

Seg miro su ropa estaba rasgada y sucia, tendría que buscar a una persona que lo ayudara.

En la cabaña de Gold.

Este seguía torturando al hombre palo August.

Quería información del Autor y con ayuda de las tres brujas obtuvo avances.

Maléfica estaba arreglándose cabello, Cruella aburrida y Úrsula salió a hacer mandados de provisiones.

Maléfica pensaba en su hijo y su esposo.

Todo arrebatado.

Blancanieves y el Príncipe Encantador pagarian.

Les devolvería la moneda contaminando a sus hijos.

Seg entró en el pueblo su traje civil kryptoniano llamaba la atención y también intuyo que era un pueblo pequeño.

Regina rápidamente se acercó al hombre que no la vio y entró en un lugar llamado Grannys.

Henry estaba con Garfio y Emma cuando vio al hombre entrar, tenía barba, un traje sucio pero una S en el pecho que le llamo la atencion.

Ruby tambien lo miro con admiración por su apariencia.

"Hola forastero ¿Que lo trae a Storybrooke?"

Seg no entendía mucho aunque se parecía al idioma de Adam Strange y la vestimenta era parecida.

¿Estaba en la Tierra? Pero porque entonces la gravedad y la radiación solar no le afectaba.

"No puede ser. No Inventes"

Exclamó la atención y todos lo miraron.

Henry se acercó al hombre emocionado como quien descubre un tesoro.

Emma no era tan confiada.

"¿Henry qué sucede?"

Regina Mills entró y su mirada se enfoco fríamente en el kryptoniano.

"Mamá, Garfio. No se dan cuenta. El tiene el símbolo de la Casa de El"

Todos lo miraban más confundidos todavía.

"¿Dime eres Superman?"

Esto hizo reír a algunos.

"Henry creo que bebiste o leíste muchos comics"

Seg estar sorprendido no importaba donde estuviera