Diego de la Vega estaba en los Ángeles, recorriendo los mercados, los niños jugaban y los habitantes hablaban de sus vidas y aventuras.
Un carruaje se detuvo en el pueblo era negro y una mujer con cabello rubio y vestido negro bajo.
Maléfica había venido a reclutar seguidores para el Oscuro mientras Úrsula y Cruella se ocupaban de sus asuntos.
La gente la miró extrañados, tenía cara de pocos amigos.
Diego de la Vega miro entre la multitud.
Rafael Montero el nuevo Gobernador de California había venido, él decidió instalarse en ese pueblo.
Diego había oído de las acciones de Montero en España, pero hasta hora no había hecho nada malo.
Rafael Montero se apareció con la cara de un político auténtico, pero la mujer no le dio atención, sus sirvientes con ropas como españoles apartaron a la gente cerca.
Había estudiado las costumbres de este mundo.
"Señorita permítame presentarme soy Rafael Montero el Gobernador de California. Necesito saber si tiene permisos para estar en propiedad española"
Maléfica miró al hombre, era una orden disfrazada de diplomacia y nadie le hablaba en ese tono.
Pero consideraba más importante la misión.
"Ciertas cuestiones demandaban mi presencia aquí"
Maléfica siguió caminando como si nada, Diego miraba a la mujer intrigado generalmente las visitas de forasteros sean buenos o malos traen problemas en este pueblo.
En la Taberna.
Tino el viejo y querido tabernero le dio una mesa a la mujer, por cortesía y por educación.
Maléfica sentía maldad en Montero, admirable para ella pero por alguna razón no le interesaba.
Diego entró en la taberna, muchos lo saludaron menos la mujer que seguía pensando en sus planes.
"Hola Don Diego, lamento mucho que Bernardo ya no esté con usted"
Diego miró al hombre, su amigo Bernardo volvió a España tras mucho tiempo para estar con su familia.
"Si yo también pero ahora debo ocuparme de otras cosas"
De pronto Rafael Montero apareció y muchos no lo saludaron, pues desconfiaban todavía de los rumores del Gobernador.
Se acercó serio a la mujer rubia.
"Señora si no tiene permisos legales y oficiales deberá estar en prisión en el cuartel"
La gente miro a Montero y Maléfica, el rostro de rabia de Rafael se notaba en su cara y tono.
Maléfica miro tranquila la rabieta del hombre.
"No veo que estar sentada en una taberna sea motivo de ir a prisión Gobernador"
Muchos incluso Diego pensaron que no era usual que una mujer criticara a Montero.
"Sargento Garcia, traiga a la guardia..."
Diego detuvo al hombre de seguir hablando.
"Señor de la Vega ¿que quiere?"
No sabía porque lo hacia, pero no podía permitir que una mujer inocente fuera culpada por algo infantil.
"Esta mujer estará en mi hacienda hasta que termine su visita en los Ángeles."
"Soy el Gobernador y yo decido..."
"Claro Sr Gobernador pero la señorita hasta ahora no ha hecho nada malo y seria muy poco honrado dejar que pase frío en las celdas del cuartel"
Rafael miro molesto a los dos.
"Muy bien ha sido afortunada señorita. Buen dia"
La mujer no necesitaba que la defendiera un desconocido pero sabía devolver favores y era educada ademas no tenia intenciones de ir a prisión.
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